La cara y la cruz de un mundo que solo entiendes tú

People don't write sonnets about being compatible. Or novels about sharing life goals and stimulating conversation. The great loves are the crazy ones.



¿Sabes cuál es el problema? (me dirías sí, sí lo sé y yo me enfadaría con mi carilla furiosa porque no entiendes las expresiones andaluzas...pero bueno, eso es otra historia) 
El problema es que hoy en día nos venden solo una cara de la vida. Desde pequeños nos educan entre película y película de Disney en las que todos acaban felices, juntos y sin complicaciones. El tema principal de todas, por supuesto, el amor. El amor fácil, sin complicaciones, el amor a primera vista, el amor alegre, el amor joven, el amor de luna de miel. Chica conoce a chico, se enamoran, se casan, todos felices, happily ever after. Toda niña a partir de una determinada edad empieza a soñar con ese príncipe que la rescatará de todos sus monstruos. Amor fácil, perfecto.
De lo que nadie nos habla es de lo que pasa cuando, al lanzar la moneda, sale cruz. Nadie nos dice que sí, hay otra manera de querer. Querer a una persona con cada hueso, con cada fibra de tu cuerpo. Querer tanto que acaba doliendo. Un amor que no es "bonito", que no surge a primera vista y se convierte en un cuento de hadas del que se podría hacer una película. No. Un amor que consume, que ocupa cada minuto, cada segundo de tu vida. 
La diferencia entre uno y otro es muy fácil. Con el primero, lo tienes asegurado. Vas a ser feliz. Mediocremente feliz. Feliz día a día, en una rutina agradable. El segundo no te dará eso. No te dará la seguridad, la independencia del cuento de hadas. No te despertarás cada día con la certeza absoluta de que tu vida es como tú la habías planeado. Habrá tormentas tan fuertes que pensarás que nunca podrá haber otra como esa, y te equivocarás. Te equivocarás una y otra vez, hasta que llegue el día que te hagas la pregunta inevitable. ¿Merece la pena? ¿Sabes? Al encontrarse ante esta pregunta puede que muchos se agarren desesperadamente a la idea del amor perfecto, que una vida sin altibajos les seduzca por completo. Yo no. No quiero levantarme cada mañana con la misma sensación con la que me acuesto, no quiero mirar atrás y ver una línea continua en la que no hay ningún cambio, solo una rutina. No quiero cariño, quiero amor. Un amor que sea capaz de llevárselo todo por delante. Incluso si me acaba llevando a mí. 
Los expertos en autoestima, los que recomiendan ser fuerte y depender solo de uno mismo, tienen razón. 

Pero yo soy más feliz cuando tú me miras. 







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