Qué alegría, qué buen día.

Llega una mañana en la que te levantas, miras a tu alrededor y piensas: "ahora sí". Por fin, después de muchos túneles y muchos golpes, parece que la vida vuelve a sonreírte. 
Explicar cómo me siento es complicado teniendo en cuenta que yo soy tan difícil que me resulta imposible entenderme. Pero esta vez estoy segura de que no me he equivocado. Todas las cosas pasan por un motivo. Cada cosa mala que te sucede, traerá algún día dos buenas para recompensarte el daño. Y después de la tormenta, ¡no solo sale el sol! También aparece un arco iris enorme que, cuando desaparece, deja tu vida pintada de colores brillantes...y deja una puerta abierta esperando a que la cruces. 

"No se puede tener un arco iris sin un poco de lluvia."

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