Dicen que quien no arriesga, no gana.

Me contaron que cuando quieres a alguien de verdad, desde el corazón, sonríes al verle, te ilusiona tenerle y sabes que esa persona es solo tuya y de nadie más. Te mueres por besarle y te derrites con solo mirarle. Te encanta como es, en todos los aspectos. Es cierto eso de que ves la perfección en alguien imperfecto. Y aunque sabes que nada es para siempre, tú deseas toda una vida a su lado.
Pero lo más importante es que, cuando le mires, su mirada sea tan sincera que sin decir nada esa persona sepa que le quieres de verdad, y desde el corazón. Créeme, muy pocos llegan a conseguir eso. ¿Qué tal si lo intentamos tú y yo?



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